miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ella quiere vivir de noche, sólo de noche

Ya es de noche. Ella sabe que es la hora de su liberación, la hora de dar rienda suelta a todos sus deseos y a todos sus sueños más ocultos. Mira al cielo estrellado antes de ir a la cama como si éste fuera su musa, la inspiración para dar el primer paso. Sueña con los ojos abiertos durante unos minutos imaginando que toca ese negro telón con la punta de sus dedos, imaginando que una de esas lucecitas tan elevadas es suya. A veces la cree su confidente; sabe que no la defraudará. Instantes después y tras despedirse de su cielo, camina hacia su cama y se deja caer sobre ella como pluma que cae al suelo. Sólo necesita ya cerrar los ojos y comenzar a imaginar lo que de día le es inimaginable. Sueña y sueña. Se desliza por su bello mundo en el que todo es posible. Inventa un guión para una vida paralela en la que es feliz,muy feliz. Sueña con él, todas y cada una de sus noches. Y así ella es feliz; tan sólo se conforma con rozar su piel en el mundo de su imaginación. Pero todo lo que empieza termina y como siempre la alcanza el día. Un día más a sus espaldas en el que seguirá cada movimiento de las agujas del reloj para contar el tiempo que le queda para volver a estar con él, aunque sólo sea en sueños...

lunes, 12 de diciembre de 2011

TÚ, mi ángel de la guarda.

Quizás ésta sea la entrada más especial que escriba nunca en mi blog y me alegra pensar que se la dedico a la persona más especial que nunca ha existido para mí...
Hará ya este viernes, 16 de diciembre, cinco años que te marchaste.  En estos cincos años no podría decirte con palabras lo mucho que me ha acompañado tu recuerdo porque sé que nunca conoceré a nadie tan sumamente especial como lo eras TÚ.
Dulce, buena, cariñosa... todo lo tenías. Si algo te faltaba era la pizca de maldad que salpica a casi todo el mundo hoy día. TÚ y tus buenos sentimientos, TÚ y tu gran capacidad para perdonar lo imperdonable, TÚ y tu carencia de quejidos cuando más padecias, TÚ y tu incansable deseo de no hacer padecer a los que te rodeaban... Todo eso lo reunías TÚ.

Jamás oí de tu boca una palabra más alta que otra, un insulto, una palabrota... Nunca fuíste capaz de dar mal ejemplo. Que mal me siento cuando veo que nunca podré ser así... Pero, contradictoriamente, me siento orgullosa de saber que eso es porque eras incomparable.

Aún recuerdo tus hermosos ojos verdes, tu tez de porcelana, tu voz, tus palabras... Y también recuerdo como todo esto se fue apagando. El último día que te vi acompañada de tu alma, tus ojos casi habían perdido su color, se desgastaron del dolor... Pero sabías quién era, me recordabas. Hasta con un suave hilo de voz pronunciaste mi nombre. Eso siempre quedará conmigo.

Dieciseis de diciembre del dos mil seis, cuatro de la madrugada... Una llamada telefónica y un sentimiento: Miedo. Sabía que era la temida noticia, sabía que era el anuncio de que tu alma te haía abandonado. Nunca olvidaré ese momento. Qué dolor sentí por dentro a pesar de ser todavía inconsciente de lo mucho que te echaría de menos.

Miles de momentos me habría gustado compartir contigo en estos cinco años: buenos y malos. Sé que me habrías sabido aconsejar en cada uno de mis problemas y que te habrías alegrado por mí con mis logros. Pero sé que aunque no estés aquí, estás a cada momento dentro de mí.

Tampoco sabes lo mucho que me arrepiento de no haber pasado más tiempo a tu lado, ni tampoco lo mucho que añoro verte cada día comer a mi lado. Pero espero que me sepas perdonar como TÚ sabías hacer.

Dejaste en mí un vacío que nadie podrá llenar; sé que me querías más de lo que nadie podrá quererme en toda mi existencia. Por todo esto y muchas cosas más, quiero que sepas que pienso cada día más en ti y que JAMÁS me olvidaré de lo grande que eras, que eres y que serás en mi vida.

Tan sólo te pido un último favor: que me acompañes en cada traspiés, en cada alegría, en cada llanto, en cada risa; que nunca, bajo ningún concepto, sueltes mi mano... Por favor te pido que me acompañes en cada paso y en cada minuto de mis días y sobre todo te pido que nunca olvides lo mucho que te quiero. No me abandones nunca.

Te Quiero mi ángel, Te Quiero Abuela.
"Prométeme que me esperarás..."

domingo, 11 de diciembre de 2011

Quiero encontrar mi sitio...


Nada que descubra lo que siento,
que este día fue perfecto
y parezco tan feliz,
nada como que hace mucho tiempo
que me cuesta sonreir...

Quiero vivir,
quiero gritar ,
quiero sentir
el universo sobre mi.
quiero correr en libertad.
quiero encontrar mi sitio...


Ya he tenido suficiente ,
necesito alguien que comprenda
que estoy sola en medio de un montón de gente,
qué puedo hacer?


Quiero vivir ,
quiero gritar ,
quiero sentir
el universo sobre mi,
quiero correr en libertad,
quiero llorar de felicidad,
quiero vivir,
quiero sentir,
el universo sobre mi,
como una náufrago en el mar
quiero encontrar mi sitio,
sólo encontrar mi sitio...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Pequeños detalles...

Seres humanos. Personas. Qué bien suenan esas palabras! No? Se supone que somos las máquinas más perfectas que existen hoy día.
Realmente somos fascinantes: tenemos la capacidad de sentir cosas inimaginables. Pero nunca nos paramos a pensar en la cantidad de cosas maravillosas que nos pasan día a día. Más bien pensamos en lo malo de nuestra vida. Por qué no podemos valorar cada aroma, cada sonido, cada imagen, cada tacto...?
Algo tan simple como oler una flor es maravilloso. A caso no cerramos muchas veces los ojos cuando nos deleita un aroma tan dulce que hace que sintamos una pequeña sensación placentera? El olor del chocolate, de un buen perfume, del café, de la lluvia... hay tantos y tantos aromas que nos pueden hacer sentir bien aunque sea por un sólo segundo...
Escuchar una de esas canciones que hacen que tus ojos comiencen a llorar involuntariamente o, por el contrario, una de las que te activan las ganas de fiesta en un santiamén; oír la risa descontrolada de un amigo, de tus padres...;sentir como si la lluvia estuviese dentro de ti con sólo escuchar cómo se precipitan desde las nubes esas numerosas gotas de agua contra el suelo... Eso no es algo fascinante?
Placentero es cerrar los ojos y tocar la suave piel de una persona a la que amas, recorrer sus manos y su cuerpo con las yemas de los dedos de manera que su tacto se quede grabado en tus dedos, siendo así imposible de borrar... Y acariciar con los dedos de los pies la arena mojada de la playa? No es eso algo que nos hace disfrutar? Por no mencionar lo que se siente al acariciar el suave pelo de tu mascota...
Ver una puesta de Sol, tu color favorito, una película, la cara de alguien a quien quieres... Ver un bonito bebé,  un paisaje que ocupará tu mente durante muchísimo tiempo o, simplemente, cerrar los ojos para no ver.
Esas sensaciones son nuestras y nunca nos paramos a pensar en la suerte que tenemos de poder disfrutar de ellas. Hay personas que no pueden hacerlo porque no ven, no escuchan...o porque ya no están. Otras muchas no nos fijamos en lo afortunados que somos porque preferimos tomar el camino en el que todo se ve negro y así perdemos muchos de los buenos momentos que pasan ante nosotros cada día.
Yo quiero disfrutar de esas cosas, de todas y cada una de ellas... Sentirlas y poder recordarlas como algo placentero, algo increíble. Quiero poder cerrar los ojos y no pensar en todo lo malo sino en esos pequeños detalles que nos hacen felices aunque sea por un instante.
Valoremos lo que tenemos porque nunca sabemos cuándo dejaremos de poder hacerlo.