jueves, 1 de diciembre de 2011

Pequeños detalles...

Seres humanos. Personas. Qué bien suenan esas palabras! No? Se supone que somos las máquinas más perfectas que existen hoy día.
Realmente somos fascinantes: tenemos la capacidad de sentir cosas inimaginables. Pero nunca nos paramos a pensar en la cantidad de cosas maravillosas que nos pasan día a día. Más bien pensamos en lo malo de nuestra vida. Por qué no podemos valorar cada aroma, cada sonido, cada imagen, cada tacto...?
Algo tan simple como oler una flor es maravilloso. A caso no cerramos muchas veces los ojos cuando nos deleita un aroma tan dulce que hace que sintamos una pequeña sensación placentera? El olor del chocolate, de un buen perfume, del café, de la lluvia... hay tantos y tantos aromas que nos pueden hacer sentir bien aunque sea por un sólo segundo...
Escuchar una de esas canciones que hacen que tus ojos comiencen a llorar involuntariamente o, por el contrario, una de las que te activan las ganas de fiesta en un santiamén; oír la risa descontrolada de un amigo, de tus padres...;sentir como si la lluvia estuviese dentro de ti con sólo escuchar cómo se precipitan desde las nubes esas numerosas gotas de agua contra el suelo... Eso no es algo fascinante?
Placentero es cerrar los ojos y tocar la suave piel de una persona a la que amas, recorrer sus manos y su cuerpo con las yemas de los dedos de manera que su tacto se quede grabado en tus dedos, siendo así imposible de borrar... Y acariciar con los dedos de los pies la arena mojada de la playa? No es eso algo que nos hace disfrutar? Por no mencionar lo que se siente al acariciar el suave pelo de tu mascota...
Ver una puesta de Sol, tu color favorito, una película, la cara de alguien a quien quieres... Ver un bonito bebé,  un paisaje que ocupará tu mente durante muchísimo tiempo o, simplemente, cerrar los ojos para no ver.
Esas sensaciones son nuestras y nunca nos paramos a pensar en la suerte que tenemos de poder disfrutar de ellas. Hay personas que no pueden hacerlo porque no ven, no escuchan...o porque ya no están. Otras muchas no nos fijamos en lo afortunados que somos porque preferimos tomar el camino en el que todo se ve negro y así perdemos muchos de los buenos momentos que pasan ante nosotros cada día.
Yo quiero disfrutar de esas cosas, de todas y cada una de ellas... Sentirlas y poder recordarlas como algo placentero, algo increíble. Quiero poder cerrar los ojos y no pensar en todo lo malo sino en esos pequeños detalles que nos hacen felices aunque sea por un instante.
Valoremos lo que tenemos porque nunca sabemos cuándo dejaremos de poder hacerlo.

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