viernes, 11 de mayo de 2012

El placer sólo fue un sueño


Musitó un te quiero que quemó lo más profundo que había en mí. Deslizó sus suaves dedos por mi espalda con la luna como único testigo. Supo besar la parte de mi cuello que con sólo notar sus labios es capaz de cobrar vida propia. Posó las yemas de sus dedos sobre mi rostro y, poco a poco, todo fue fluyendo...
Pero en el último momento me di cuenta, pude comprender que era un simple sueño donde mis ganas y su indiferencia daban rienda suelta a lo que había entre los dos.

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