jueves, 27 de octubre de 2011

Al final del camino...

No siempre podemos tomar la opción correcta ni decantarnos por lo más lógico. Hay veces en que la razón o el corazón deciden escoger el camino más difícil. Y si deciden eso, ¿qué podemos hacer nosotros? Simplemente recorreremos ese camino, sea para bien o para mal... Y existe un gran porcentaje de que nos tropecemos con una innumerable cantidad de piedras que dificulten nuestras andadas. Ahí es donde se decide todo: el valiente hará frente a esas piedras, luchará para conseguir lo que quiere... y al final,si lo logra, será la mejor recompensa a esa lucha que ha mantenido. Pero el cobarde simplemente evitará esas piedras retrocediendo e ignorando lo que pretendía alcanzar.... Perdiendo así toda esperanza de conseguir lo que tanto anhelaba. 
Y ahí es donde me encuentro yo: piedras, piedras y más piedras. Pero me queda lo más importante: resolver la duda entre ser valiente o ser cobarde.



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